Tortura es un flagelo que debe ser erradicado, se deben redoblar esfuerzos: Víctor Zurita

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    -Recordó que ayer se conmemoró el Día Internacional en Apoyo a las Víctimas de la Tortura

     

    La tortura es un flagelo que debe ser erradicado, por lo que se hace necesario redoblar esfuerzos y que aquellos casos que son protagonizados por servidores públicos sean castigados de manera ejemplar, recalcó el diputado Víctor Zurita Ortiz, integrante de la Comisión de Derechos Humanos de la LXXV Legislatura del Congreso del Estado.

    El diputado integrante del Grupo Parlamentario de Morena, recalcó que la tortura destruye la personalidad de la víctima y desprecia la dignidad intrínseca de todo ser humano y recordó que el Día Internacional en Apoyo a las Víctimas de la Tortura, se conmemora cada 26 de junio de cada año, y que es necesario seguir cerrando filas desde todas las trincheras para combatir y erradicar.

    “Organismos internacionales refieren que la tortura se aplica con mayor frecuencia en el plazo que transcurre desde la detención de las víctimas hasta que estas son puestas a la disposición de agentes del Ministerio Público, por lo que es fundamental trabajar justo ahí, para combatirla frontalmente al interior de las instituciones”.

    Víctor Zurita recordó que la Encuesta Nacional de Personas Privadas de Libertad, señala sobre la forma en que se presentan la tortura y malos tratos durante la detención y presencia de una persona ante el Ministerio Público, que el 63.8% de las personas reciben agresiones físicas en una o varias de las siguientes formas: patadas o puñetazos, golpes con objetos, lesiones por aplastamiento, descargas eléctricas, quemaduras, violación sexual y lesiones con armas.

    “A pesar de que el Derecho Internacional prohíbe de manera absoluta la tortura, ésta persiste en todas las regiones del mundo, situación que de acuerdo a la Organización de las Naciones Unidas, se ahonda bajo el pretexto de la seguridad nacional y las fronteras por parte de las naciones”.

    El legislador apuntó que los organismos internacionales alertan que las consecuencias de la tortura son generalizadas y a menudo van más allá del acto aislado sobre un individuo, ya que pueden transmitirse de generación en generación y conducir a ciclos de violencia.