Por Lucero Pacheco Martínez
*Andrés Manuel, en su peor momento*
“Que no haya ilusos para que no haya desilusionados” decía Don Luis H. Álvarez y es que muchos de los que en su momento votaron por la Cuarta Transformación hoy se dicen decepcionados ante la falta de liderazgo en la conducción del país.
Ha quedado claro que la estrategia del presidente es y será, a como dé lugar, llevar a cabo la “Cuarta Transformación” y si en el camino se atravesase una pandemia, eso no será impedimento pues caerá “como anillo al dedo”.
Andrés Manuel López Obrador atraviesa por el peor momento de su sexenio. Han bastado apenas 18 meses para que el tabasqueño comience a bajar dramáticamente en el índice de aceptación en las encuestas; no es para menos, la crisis actual por la pandemia ha puesto al descubierto la frágil estructura de las políticas públicas del presidente.
La crisis mundial en salud por el Coronavirus, ha desencadenado una crisis económica internacional a niveles inimaginables aún, dado que es un fenómeno nuevo, desconocido, que ha impacto al mundo entero.
Nunca antes habíamos vivido un efecto de esta magnitud, y mientras los gobierno asiáticos, europeos y americanos se esfuerzan en reestructurar su política económica para salir lo menos afectados de esta crisis, en México seguimos apostándole a la esperanza. Pero los efectos por la pandemia impactarán a nuestro país en tres vertientes: en el sistema de salud, en la economía y en el tema político.
En lo que respecta a Salud, si las proyecciones en cuanto a contagios por Covid19 en nuestro país se cumplen, nuestro sistema de salud se colapsará totalmente, y no habrá dinero que alcance para levantarlo en lo inmediato; y el INSABI, no está preparado para un golpe en esas proporciones, porque este nuevo sistema simplemente no ha terminado de nacer, y ante esta pandemia no subsistiría.
La otra crisis es la económica; es inevitable que se dé, y a estas alturas lo que debería ocupar al Gobierno de la 4T es lanzar salvavidas a las Pymes y Mipymes, y rescatar los más que se pueda al sector empresarial del país en todos los niveles, porque no basta con dar créditos de 25 mil pesos, lo que urge es inyectar recursos, otorgar beneficios fiscales, y si es necesario recurrir a préstamos internacionales y usar el dinero, ahora que vale, porque el día mañana cuando la crisis nos rebase será muy tarde para lamentarse.
Por si fuera poco, la torpeza con la que ha actuado el Gobierno Federal le abre un nuevo frente, el político. Si bien Andrés Manuel ha sido un presidente que ha tenido mayoría en las dos cámaras, el Senado de la Republica y el Congreso de Unión, ambos espacios liderados por el partido en el poder, y eso le había dado mucho margen de maniobra para llevar a cabo las transformaciones, también es cierto que la crisis en salud ha evidenciado la fragilidad de gobernabilidad de la 4T, un gobierno indolente, al que solo le importan sus temas. Se hace lo que el presidente dice.
Ese vacío creará un nuevo frente al presidente, desde donde puede surgir una nueva alternancia. La crisis política que se le avecina al presidente aún está en las primeras semanas de gestación. Al Tiempo.